La batalla de Cerro Grande La batalla comenzó a las 8:00 horas con un intenso intercambio de disparos que no tuvo mayor relevancia. Ante el carácter estático de la situación, León Gallo ordenó a su ala derecha flanquear al enemigo, pero esto fue detenido. Tras dos horas de batalla, la munición de los rebeldes empezó a agotarse, teniendo que ser distribuida en reserva. Al intentar utilizarlos, sin embargo, se descubrió que habían sido saboteados: en lugar de llevar pólvora, llevaban café molido o arena. Con esto, las armas que los dispararon quedan inutilizadas. El oficial responsable de esto fue Salvador Urrutia, comandante del batallón número 1 de Atacama. Sin embargo, él mismo terminó siendo baleado en Copiapó por soldados del gobierno.